Qué sustrato elegir para tu huerto urbano

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El sustrato es la tierra que utilizamos para cultivar las hortalizas y por ello es muy importante en el huerto urbano. En realidad, al abrir un saco de tierra nos encontramos con una mezcla de distintos materiales que intentan responder a las necesidades de las plantas que cultivamos fuera del suelo.

Cómo debe ser un sustrato para huerto urbano

Recuerdo como si fuera hoy el día que fuí a comprar mi primer saco de tierra para el macetohuerto. Fué en la sección de jardinería de un conocido centro comercial y me volví loca al ver la cantidad de sustratos distintos que había disponibles. ¿Cuál sería el más apropiado para mis primeras lechugas?

Un agricultor o un aficionado que disponga de un huerto en el jardín o en el patio de casa, utilizará su tierra para cultivar. Y trabajará para que se convierta en un buen medio para plantar, pues puede ser arcillosa, arenosa, tener muchas piedras, o ser pobre en nutrientes.

La diferencia entre nosotros y ellos está en que ellos ya tienen una base en la que cultivar, por mucho que deban mejorarla.
Nosotros tendremos que comprar la base y por ello es importante entender qué es cada cosa para no equivocarnos al elegir una u otra.

Las plantas necesitan un medio de cultivo, agua y nutrientes

Parece obvio, pero no lo es. Todos sabemos que a las plantas hay que regarlas. Pero olvidamos (o ignoramos) que el medio de cultivo (la tierra) puede ayudarnos a que las raíces se encuentren más a gusto (porque encuentran el agua y los nutrientes que necesitan) y que ello influye en el buen estado de las plantas.

Para poder elegir con seguridad, veamos cuáles son las condiciones que debe cumplir el sustrato para que nuestras hortalizas se encuentren cómodas:

  1. Debe ser esponjoso: las plantas también respiran por las raíces, y un sustrato compactado y sin pequeñas bolsas de aire, las ahogará.
  2. Debe tener «efecto esponja»: es decir, debe ser capaz de retener la humedad. Esto te ayudará a no tener que regar tan a menudo.
  3. Debe contener nutrientes o tener la capacidad de retenerlos para que las raíces puedan absorberlos.
  4. Debe ser ligero, especialmente si te interesa reducir al máximo el peso de tus contenedores.

Si comparamos las hortalizas con otras plantas ornamentales, te darás cuenta de que se diferencian en muchos aspectos. Pero de entrada, aprendes que la mayoría necesitan de mucho más abono (alimento) que otras y que en los meses de verano, piden mucha más agua que un simple geranio.

La mayoría de sustratos comerciales para plantas tiene como base un material que aporta esponjosidad y capacidad de retención de agua y nutrientes. A este material inerte (es decir, que no suele aportar nutrientes a las plantas), le añaden un abono para poder alimentarlas. Y en función de la marca, podemos encontrarnos con otros materiales (pequeños trozos de madera, perlita o vermiculita) que ayudan a que la mezcla resultante se compacte menos.

Esto es exactamente lo que necesitamos de un sustrato para hortícolas cuando cultivamos en macetas: un material base en el que las raíces de las plantas puedan sostenerse y encontrar nutrientes, así como espacios llenos de aire que les permita respirar.
Si además es ligero y capaz de retener la humedad, será el sustrato perfecto

¿Qué sustrato utilizar para un huerto urbano?

Tenemos tres opciones: 

  1. Comprar un sustrato ya preparado y listo para usar
  2. Elaborar una mezcla de cultivo
  3. Reutilizar el sustrato de macetas viejas que tengamos en casa

En mi opinión, lo mejor es elaborar tu propia mezcla, porque te permite controlar mejor una serie de parámetros. Imagina que vives en un lugar muy lluvioso: puede que te interese que el sustrato de tu huerto sea muy drenante para que no acumule mucha agua. Pero en mi caso, en una zona con veranos muy calurosos (y otras condiciones que influyen en la evaporación del agua) me interesa que el sustrato se comporte al revés, absorbiendo mucha agua para que el sustrato no se seque rápidamente.

¿Por qué es importante comprar un buen sustrato?

Por la salud de tus plantas: crecerán mucho mejor y serán más productivas si utilizas un sustrato de calidad. Y para tu bolsillo también: aunque las plantas hayan consumido los nutrientes, los materiales que aportan sostén y esponjosidad, tardarán mucho en degradarse y te servirán durante muchos años.

Y la buena noticia es que el sustrato es reutilizable y que no tienes que cambiarlo al finalizar la temporada. 

Opción A: Comprar un sustrato preparado y listo para usar

Si no quieres complicarte o te parece demasiado trabajo lo de hacer la mezcla que te explico más abajo, compra un saco de sustrato ya preparado, ya sea un sustrato universal o en uno para huerto urbano. Te aconsejo optar por una marca conocida y desconfiar de las que no dan muchos detalles en el envase o son sospechosamente económicas.

He visto sacos de sustrato muy baratos que al abrirlos están llenos de hongos y de insectos que vuelan o saltan. Un buen consejo es no cargar mucha cantidad para evitarte el berrinche y el viaje de vuelta para devolverlos.

Algunas empresas de sustratos trabajan a nivel local, y pueden encontrarse en cooperativas agrarias y centros de jardinería. No las desestimes porque tu nombre sea menos conocido. En cuanto a precio, elige siempre los sacos más grandes: salen más a cuenta que los formatos de menor tamaño.

Ten en cuenta que independientemente de tu elección, los nutrientes que incluye un saco de sustrato nuevo es insuficiente para cubrir las necesidades de algunas hortalizas de ciclo largo como los tomates. Al cabo de un par o tres de meses, tendrás que empezar a añadir fertilizante porque la planta ya lo habrá consumido.

Eso no depende de la calidad inicial del sustrato: te pasará con cualquier marca.

Opción B: Elaborar una mezcla de cultivo

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Aspecto de la mezcla de fibra de coco y humus de lombriz

Aunque estoy segura de que te va a sonar a chino, debes saber que la receta estrella de los que cultivamos en  maceta es la mezcla de fibra de coco y humus de lombriz. La fibra de coco aporta esponjosidad, absorción (tanto de agua como de nutrientes) y un peso muy ligero, mientras que el humus de lombriz es un abono muy rico y completo que convierte esta mezcla en la mezcla perfecta.

Es probable que no los encuentres fácilmente en algunos viveros y centros comerciales. Búscalos en tiendas especializadas en horticultura, grow shops  o en comercios online de huerto urbano.

A pesar de que puede encontrarse en sacos y preparada para ser utilizada, la fibra de coco suele presentarse en formato ladrillo. Este bloque compactado debe rehidratarse para que lo puedas utilizar. 

Para ello, sumerge el bloque en un recipiente con la cantidad de agua recomendada por el fabricante y déjalo un buen rato hasta que se expanda totalmente. Yo, por ejemplo, utilizo unas pastillas de 650 g a las que deben añadirse unos 5 L de agua. El resultado final es de unos 9 L de volumen, que se utilizarán para mezclar con el humus de lombriz.

Es un proceso que tarda un poco: si quieres agilizarlo, utiliza agua caliente, o prepáralo el día anterior a tus trasplantes.

La presentación habitual del humus es más convencional: sacos de distintos volúmenes en función de la cantidad que necesitemos.

Mezcla básica de fibra de coco y humus de lombriz

Prepara una mezcla básica con el porcentaje siguiente: 60 % de fibra de coco y 40 % de humus de lombriz. Es fácil calcularlo si utilizamos como medida algún envase, que puede ser una maceta pequeña, un bote de plástico o una botella cortada por la mitad. Por cada 6 medidas de fibra de coco que llenes deberás añadir 4 de humus. Mézclalo y ya lo tendrás listo para llenar tu contenedor.

Puedes preparar la mezcla dentro de una palangana o sobre papeles de periódico o un plástico grande. El tamaño del recipiente que utilices como medida no es importante, pero sí lo es que respetes las proporciones de 60 % de fibra de coco y 40 % de humus de lombriz porque te servirá cultivar la mayoría de hortalizas.

Si lo que tienes que llenar es una mesa de cultivo o muchos contenedores al mismo tiempo, puedes hacerlo rápidamente preparando la mezcla encima de una lona. Calcula el volumen necesario de cada material y viértelo sobre una lona o un plástico resistente. Con la ayuda de otra persona, sujeta la lona como si fuerais a doblar una sábana, y tirando de ella alternativamente (primero hacia ti y luego hacia él) conseguirás que los materiales se mezclen entre sí.

Opción C: Reutilizar un sustrato

Puede que tengas macetas vacías en las que crecieron algunas plantas y quieras aprovechar el sustrato. El proceso de reciclar un sustrato que ya tienes es el mismo que habrá que seguir cuando acabes un cultivo y quieras empezar otro con el cambio de temporada hortícola.

Para reutilizar el sustrato, vacía parte de los contenedores y descompacta la tierra con las manos. Cuando hace mucho tiempo que no se riega ni se cultiva nada, tiende a secarse y a formar terrones. Con las manos podrás desmenuzar esos terrones y eliminar las raíces que puedan haber quedado de cultivos anteriores. No te preocupes si quedan raicillas pequeñas, con el tiempo se irán compostando y acabarán incorporándose en el sustrato.

Con las manos o con una azadilla, remueve el resto del sustrato que ha quedado en el interior de la maceta para que quede suelto. A continuación, añade abono, siguiendo la misma pauta de la mezcla básica de la que hemos hablado antes: un 60 % de ese sustrato antiguo y un 40 % de abono. ¿Qué abono? El que quieras o tengas a tu alcance. Puedes seguir con el humus de lombriz, pero también te irá bien el compost o el estiércol de caballo o de oveja.

Es importante que entiendas que siempre hay que aportar nutrientes a un sustrato reciclado. Durante su crecimiento, las hortalizas se alimentarán de los nutrientes hasta agotarlos. Y año tras año deberás repetir el mismo ritual que siguen los agricultores: retornar los nutrientes al sustrato, añadiendo abono. 

Aplica el mismo concepto si has empezado el huerto con sustrato nuevo o con fibra de coco y humus de lombriz: los nutrientes no son eternos.

¿De qué materiales se compone un sustrato preparado para huerto urbano?

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Fibra de coco, humus de lombriz, perlita, arlita, vermiculita… Quizá estos nombres te suenan a chino pero pronto serán parte de tu día a día en el macetohuerto

Las mezclas ya preparadas suelen estar formadas por dos tipos de materiales: por un lado, los que sostienen a la planta y en los que crecerán las raíces y por otro, los abonos, que aportarán los nutrientes. La mayoría pueden comprarse también por separado para preparar nuestras propias mezclas.

Pero veamos cuáles forman parte de este primer grupo (los que no suelen aportar nutrientes y sirven para sostener a la planta):

Turba

Material esponjoso, fibroso y ligero que se forma de manera natural en las turberas, unos espacios húmedos donde se han acumulado residuos vegetales que se han descompuesto y fosilizado durante siglos. El proceso anaeróbico por el que estos residuos se transforman en lo que denominamos turba hace que su composición química varíe. Así, podemos encontrar turba rubia (que es la más joven) y turba negra (más vieja y con un alto contenido en carbono).
Algunos fabricantes lo denominan sphagnum o turba de esfagno.

A pesar de que cumple algunos de los requisitos que hemos mencionado, se considera que su extracción perjudica el medio en el que se encuentra, puesto que no le da tiempo a regenerarse, y por ese motivo se considera poco ecológica.
Veremos, sin embargo, que existe una alternativa mucho más apropiada para nuestro huerto urbano.

Vermiculita

Se obtiene tras exfoliar mica a temperaturas de 800ºC . Su densidad es baja y es un excelente aireador. Tiene aspecto de escamas y una textura que recuerda al corcho. Brilla un poco y aporta esponjosidad y una gran capacidad de absorción de agua al sustrato.
Es químicamente neutra, por lo que no aporta nutrientes a las plantas y se utiliza mucho en hidroponía y también como aislante en construcción.

Perlita

Material natural que te puede recordar a las bolitas de porexpan pero que no tiene nada que ver. La perlita se obtiene sometiendo roca silícea a un tratamiento térmico a unos 1.000ºC. Se hace como si fueran palomitas, y aporta esponjosidad al sustrato y mejora en el drenaje. Es químicamente inerte.

Fibra de coco

El fruto del cocotero tiene una cáscara externa de color verde similar a la de las almendras o las nueces cuando todavía están en el árbol. Es normal desconocer su existencia si nunca se ha tenido la posibilidad de ver un cocotero al natural. La fibra de coco se considera un residuo en la industria de la fruta y es eliminada en origen, por lo que lo que nos llega aquí es el fruto con la cáscara dura y marrón que todos conocemos.

Esa cáscara verde tiene varias aplicaciones (puede que tu felpudo esté fabricado con ella), y también se usa en jardinería: después de ser lavada, triturada y secada se comercializa como sustrato para huertos urbanos.
La fibra de coco aporta esponjosidad, absorción de agua y un peso muy ligero, y, desde un punto de vista ecológico, es el sustituto ideal de la turba

Corteza de pino

Aporta volumen, ventilación y poco peso si la añadimos a la mezcla, aunque también se utiliza para acolchar la parte superior del sustrato para reducir la evaporación. Proviene de residuos forestales y debe estar bien descompuesta ya que cuando está fresca puede provocar carencia de nitrógeno. 

Puedes encontrar corteza de pino desmenuzada en la mezcla de sacos de sustrato y también comprarla sola, más o menos triturada en función de la utilidad que quieras darle. Tiene una baja densidad y una alta capacidad de aireación. También podrías utilizar serrín siempre que sea de maderas no tratadas, aunque es mejor compostarlo.


Al empezar hemos dicho que la mayor parte de sustratos se elaboran a base de combinar distintos materiales. Los que hemos visto hasta ahora son esponjosos, retienen agua y aportan ventilación. Los que veremos a partir de ahora aportan nutrientes y por ello se denominan abonos.

Estiércol

De oveja, de caballo, de gallina… Todos son excrementos animales que han pasado por un proceso previo de compostaje. No te asustes pensando en lo que son, porque ni su olor ni su aspecto te recordarán a los excrementos frescos.
Contienen nitrógeno, fósforo, potasio y micronutrientes como Cu, Zn, Fe, Mn. 

Guano

Excrementos de aves marinas y murciélagos que puede adquirirse en dos formatos: líquido y en polvo. Algunos sustratos comerciales lo utilizan en su mezcla para aportar nutrientes. El de ave es ideal para crecimiento debido a su elevado contenido en nitrógeno y el de murciélago para floración debido a su elevado nivel de fósforo. 

Compost

El compost es el resultado del proceso de compostaje de la materia orgánica. 

No es nada nuevo: los agricultores lo han elaborado siempre en el estercolero, aquella montaña de residuos donde se acumulaban desde los excrementos de los animales de granja hasta los restos de la siega, de la poda y de la cocina de casa. 

Actualmente, también se elabora en las plantas de compostaje con los residuos provenientes de los contenedores de color marrón que hay en las ciudades, en los que depositamos la materia orgánica.

El compost mejora la estructura del suelo, incrementa la cantidad de materia orgánica y proporciona nutrientes a nuestros cultivos.

Humus de lombriz

Una variante de compost en la que parte del trabajo la hacen unas lombrices un tanto especiales a las que les gusta la materia orgánica en descomposición.
Sus excrementos son lo que denominamos humus de lombriz, y es uno de los abonos más utilizados y recomendados para huerto urbano.

Tierra vegetal, enmienda orgánica, mantillo o recebo

Cada marca comercial utiliza diferentes formulaciones y nombres para designar una serie de productos destinados a nutrir la tierra, aportando nutrientes. En la mayoría de los casos el contenido del saco es un compost de origen vegetal, animal o una mezcla de ambos, por lo que lo mejor que podemos hacer es considerar que son abonos y utilizarlos como tales. 

El recebo está preparado para ser usado en césped, ya que incluye arena en su composición.

Cada marca elabora sus mezclas en función de las necesidades de cada tipo de planta, por lo que encontrarás sustratos etiquetados como apropiados para el huerto, para planta de flor, bonsáis, orquídeas, etc.

Preguntas frecuentes sobre los sustratos

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Para que te hagas una idea, algunas de estas macetas llevan 18 años conmigo, y el sustrato también

Empecé el huerto urbano hace un tiempo con un saco de sustrato universal. ¿Tengo que añadir fibra de coco?

Solo si consideras que el sustrato no es lo bastante esponjoso, si quieres que sea más ligero o deseas aumentar su capacidad de retención de agua. Mezcla un 50 % del sustrato antiguo con un 50 % de fibra de coco. A continuación, utiliza un 60 % de esa mezcla y añade un 40 % de abono.

El sustrato que compré no pesa nada y cuando riego no absorbe agua..

Eso ocurre muy a menudo en sustratos universales con un alto contenido en turba. A este
material le cuesta mucho volver a hidratarse cuando se seca totalmente. Para que recupere su efecto esponja, sumerge la maceta en un cubo y déjala ahí durante un par de horas hasta
que vuelva a hidratarse. A continuación extrae el sustrato y mézclalo con abono para mejorarlo.

Cuando riego, el sustrato no absorbe el agua, y se queda flotando sobre la
superfície. ¿Qué hago?

Puede ser que esté muy compactado. Puedes devolverle la esponjosidad mezclándolo
con fibra de coco, perlita o vermiculita. Si ya estás cultivando, intenta remover superficialmente el sustrato con un tenedor para que el agua pueda filtrarse, y si no es así, inténtalo colocando un plato lleno de agua debajo, para que la absorba por capilaridad.

¿Puedo ir al campo o al bosque a coger tierra?

Poder, puedes hacer lo que quieras, pero no se recomienda por varios motivos. Para empezar, esa tierra acostumbra a ser muy pesada y no podemos saber si está contaminada o qué cantidad de materia orgánica (abono) puede contener. También puede ser arcillosa o arenosa, en
función de donde lo cojas, y eso no te evitará tener que mejorarla añadiendo algún tipo
de enmienda. Además de eso, hay que añadir que es poco ético destruir el ecosistema
del bosque o coger tierra del campo de otra persona.

¿Para abonar puedo usar las bolitas azules?

En jardinería se utilizan muy a menudo unas bolitas de color azul. Se trata de un abono
muy rico en nitrógeno, pero no es recomendable para un huerto urbano. No solo porque
es un abono inorgánico o de síntesis, sino porque el nitrógeno se va liberando lentamente y las hortalizas necesitan distintos nutrientes en función del momento del ciclo en el que se encuentran.

Algunos consejos para comprar sustrato

La oferta de sustratos es muy amplia, y la variedad de precios también. La oferta depende mucho del lugar donde vayas a comprarlo: no vas a encontrar lo mismo en un centro comercial, un vivero de jardinería o en una cooperativa agrícola.

Y nosotros, que ya vamos suficientemente perdidos, aún nos liamos más.

Te recomiendo perder algunas horas dando vueltas, mirando precios y composiciones de los distintos sustratos. Yo normalmente preparo la mezcla de fibra de coco y humus de lombriz, pero al principio estuve utilizando sacos de sustrato especial para el huerto en la cooperativa agrícola. Salen bien de precio y en la mayoría de los casos llevan turba negra, compost, calcio y perlita.

Me consta que muchos de vosotros tenéis problemas para comprar el humus de lombriz y la fibra de coco en vuestros municipios. La mayoría de centros de jardinería los venden a precio de sangre de unicornio, lo que cambia sustancialmente si lo compras online. Afortunadamente, existen comercios especializados en huerto urbano con precios competitivos y productos de calidad. 

Una opción a tener muy en cuenta, son las grow shop o tiendas de cultivo de marihuana. Si tienes una cerca de casa, te ahorrarás dar muchas vueltas, porque suelen utilizar los mismos materiales para cultivar y para proteger las plantas ante plagas y enfermedades.

Y por último, están las cooperativas agrarias, unas grandes desconocidas para la mayoría de urbanitas. Busca en Google “cooperativa agraria +nombre de tu municipio” y seguro que te aparece alguna. Serán muy útiles para comprar plantel, macetones a buen precio y otros productos que necesitarás en un futuro.

Me encantan los huertos urbanos y el cultivo de hortalizas en macetas. En 2005 empecé a contar qué tal me iba en las redes y así fué como me convertí en PicaronaBlog.
Imparto talleres de huerto urbano, colaboro en medios especializados y en 2014 publiqué mi primer libro, Hortelanos de ciudad.

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12 comentarios

  1. Picarona, he descubierto tu blog hace unos días y estoy encantada!!! Este fin de semana quería empezar con el maceto huerto y me estaba preocupando porque no encontraba toda la información necesaria. Leyendo tu blog se me han solucionado todas las dudas. Mil gracias!!!
    Saludos,
    Sandra

  2. Hola Sandra,Es genial saber que el blog te ha sido de utilidad. ¿Qué tal está tu macetohuerto?

  3. Para una mesa cultivo, tengo humus fibra coco y compost. Para conseguir un buen sustrato con los tres elementos,.que proporcion hay que mantener de cada uno si mezclamos fibra coco, humus lombriz y conpost?

    1. Hola Iratiaralar,

      Ya que el humus y el compost son abonos, quizá podrías empezar con un 60% de fibra de coco y luego un 40% de mezcla de compost y humus.
      Otra opción podría ser un 60% de fibra de coco y 40% de compost, reservando el humus de lombriz para abonar superficialmente, a modo de mantenimiento.
      En el huerto verás que todo es experimentar y sacar tus propias conclusiones. Suerte!!!

  4. Hola Ester,
    estoy empezando con esto del huerto urbano, tenía unos palets de sobra en mi azotea y en lugar de tirarlos los reciclé creándome un huerto bastante apañado, con 3 niveles de profundidad, a modo de agricultura en terrazas.
    El problema lo estoy teniendo con el sustrato, calculando me salen unos casi 500 litros de sustrato! y claro, eso en dinero es muchísimo. Así que estoy optando por opciones más baratas, estoy creando mi propio sustrato.
    He pensado que una mezcla de sustrato universal, con arena de río para mejorar el drenaje y abono estaría bien, como abono he pensado en el humus de lombriz… leyendo en foros y más foros, me queda claro que sería una composición muy buena… pero no consigo llegar a las proporciones idóneas. Pensé en 1 parte de arena / 4 de sustrato y 1 de humus. Qué te parece?
    Creo que estás acostumbrada a cultivar en macetas, por lo que este tema puede que se te escape.

    Gracias por tu ayuda! espero tu respuesta

    1. Hola Jose, buena pregunta.

      Las proporciones que indicas podrían estar bien para iniciar un cultivo, puesto que entiendo que el sustrato universa ya contiene abono.
      Seguro que no tendrás problemas, ¡mucha suerte!

  5. Hola Esther. Tengo un grave problema con la Tuta absoluta. Mis tomateras apenas alcanzan los 40 cms. y ya tengo una enorme cantidad de tutas volando por allí. Cada noche atrapo un montón de machos con trampas de feromonas, y aparte ja he empezado con el aceite de neem y el bacillus turungiensis, pero tengo una duda. ¿ Se puede mezclar el bacillus con el aceite o debe aplicarse por separado ?

    1. Normalmente se aplica una semana neem y el otro el bacillus, porque este último solo funciona con las larvas.
      Pero por lo que tengo entendido, puedes mezclarlos sin problemas e incluso añadir un poco de jabón potásico como mojante 😉
      Suerte contra la tuta! Me parece muy pronto para tenerla ya en el huerto. ¿Te puedo preguntar desde dónde escribes? ¡Gracias!

  6. Otra duda que se me acaba de ocurrir: Acabo de arrancar las habas y he sacudido las raices en la tierra para que soltarab todas las «bolitas» de nitrógeno que tenian aderidas, que eran muchas. Ahora voy a poner los plantones de judia verde que ya tengo muy avanzados. La pregunta es: Con tanto nitrógeno, no me producirá mucha hoja y poco fruto ?

    1. Cuando empiecen a crecer, consumirán mucho nitrógeno, Lluis. No creo que eso sea un problema.
      Lo único es tener presente que estás sembrando una leguminosa después de haber cosechado otra leguminosa, y quizá haya otros cultivos más apropiados para esa jardinera.

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