Cómo enviar semillas por correo

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¡Que levante la mano quien no haya mandado nunca un sobre con semillas! ¿Alguien? Recuerdo mi primera vez, así que pensé que lo mejor era preguntar en el foro de qué manera me aconsejaban que hiciera algo tan fácil como coger un sobre, un sello, y meter dentro unas semillitas que seguro harían muy feliz a alguien.

Para mi, lo más importante es que el contenido llegue en perfecto estado a su destinatario. Que esté bien etiquetado y que el sobre exterior no se rompa, algo que ocurre fácilmente cuando se trata de semillas grandes, como por ejemplo habas o guisantes.
Hoy voy a explicaros de qué manera lo hago, esperando que os sea útil y que sirva para descubrir nuevos métodos gracias a vuestros comentarios.

Importante: en qué estado están las semillas

Si váis a enviar semillas que vosotros mismos habéis cosechado, aseguraros de que están bien secas. De no ser así, podrían echarse a perder durante el viaje, enmoheciéndose y perdiendo su capacidad germinativa. Si no estáis seguros de que están en perfectas condiciones, mezcladlas con unos granos de arroz, que absorberán la humedad que pudieran contener.

Si tenéis dudas acerca de su capacidad germinativa porque hace tiempo que las tenéis (o porque no estáis seguros de haberlas conservado correctamente), decídselo directamente al destinatario. Muchos sobres indican una fecha de caducidad que no necesariamente significa que ninguna de ellas vaya a germinar. Puede que lo hagan un número más limitado, pero conocer este dato le permitirá ser algo más paciente al que las reciba.

¿Se pueden mandar semillas a cualquier país?

Las plantas vivas, cortadas, los esquejes, plantones y las semillas se consideran material vegetal, y están sujetas al cumplimiento de la legislación vigente en cada país. Desde España se pueden enviar semillas a cualquier punto de la península, Baleares y Canarias. También a la mayoría de países de la zona euro.
Mandarlas a Latinoamérica y que lleguen a su destinatario, es mucho más complicado ya que suelen ser detectadas en la aduana y no llegan a entrar en el país.

La globalización nos ha traído grandes ventajas, pero también algunos inconvenientes en forma de plagas viajeras. Los primeros focos de Tuta absoluta (polilla del tomate) se detectaron en España el 2007 y los expertos aseguran que llegó procedente de Sudamérica. Algo parecido a la Drosophila suzukii, una mosca invasora de origen asiático que lleva de cabeza a los productores de cerezas o el Rhynchophorus ferrugineus (morrudo de la palmera o picudo rojo).
¿Vale la pena arriesgarse a algo así por cuatro semillitas? Me diréis que por cuatro, no pasa nada. Pero qué queréis que os diga: la mayoría de veces que he mandado semillas al otro lado del charco no han llegado a su destino, con la consecuente pérdida de tiempo, dinero, semillas y confianza del que las está esperando, que no siempre se cree que las has enviado realmente.

Preparando el paquete

La manera más práctica de preparar los sobres de semillas es utilizando sobres plásticos con autocierre. Son económicos, los hay de muchas medidas y podéis comprarlos en cualquier bazar. Pero no son imprescindibles y podemos reutilizar cualquier tipo de papel que esté en nuestra mano para fabricar pequeños sobres, e incluso papel de aluminio.

No olvidéis anotar algunos datos encima de cada sobrecito: tipo de semilla, año de recolección y/o caducidad. Me gusta añadir también mi nombre o nick para recordar siempre a la persona que me las envió: así, mis piparras son requetebisnietas de Caballoloco, los cherrys rojos de Candín, etc.

Respecto a la cantidad de semillas, creo que para cualquier macetohuertero será más que suficiente una docena por variedad. Otra cosa es que vuestro interlocutor tenga un huerto grande, ¿porqué no se lo preguntáis? Nunca jamás se me ha enfadado nadie por enviarle pocas semillas. Prefiero ser un poco tacaña y así poder repartirlas entre más gente.

Tipos de sobres postales

Los elijo en función de la cantidad de semillas que estoy enviando y de lo que abultan. Si solo estoy mandando un par de paquetitos, acostumbro a añadir una nota deseando una buena cosecha. Aprovecho ese mismo papel para pegar con celo los sobres de semillas, evitando así que se muevan arriba y abajo dentro del sobre. Lo meto todo en un sobre de carta normal, le pego su sello y al buzón.

La cosa cambia si las semillas son grandes como por ejemplo las de las habas, guisantes o calabazas. En estos casos, lo mejor es utilizar un sobre acolchado o reutilizar el plástico de burbujas de otros envíos. Siempre tengo en casa sobres de papel kraft, que es mucho más resistente que el blanco, o podéis hacerlos vosotros mismos con papel de embalar.

Nota tonta: escribid los datos del destinatarios antes de meter las semillas en el sobre. La ley de Murphy dice que seguro que de hacerlo al revés, el sobre se estropeará o quedará una dirección ilegible.

El franqueo y el envío

Las semillas no pesan mucho, así que lo más habitual suele ser enviarlas a través de Correos. La carta ordinaria no pesa más de 20 gramos, y cuesta 0,42 € si el destinatario se encuentra en España y 0,90 € para Europa. (Precios del año 2015).
Si sospecháis que os habéis pasado con el peso, lo mejor es franquearla en la oficina de Correos o en un estanco, os curaréis en salud.

Existe una opción más: la carta certificada. Es más caro, pero os aseguráis un servicio más seguro, una especie de garantía de entrega. Normalmente lo utilizo sólo cuando tengo que enviar algo más aparte de las semillas: un libro, algún producto que vaya en envase pequeño, etc. Evito utilizarlo para cualquier envío frágil, porque he tenido muy malas experiencias con el servicio de Correos.

Enviar un paquete grande

Puede que en determinadas ocasiones tengáis que enviar algún producto frágil, pesado, o que requiera una entrega mucho más rápida. En tal caso lo más habitual es recurrir a una empresa de transporte que os ofrecerá distintos tipos de tarifas en función del peso y de la urgencia de la entrega.

Un amigo de Infojardín andaba como loco buscando un naranjo injertado como el que podéis ver bajo estas líneas. Se lo localicé en la Fira de la Candelera, lo compré y se lo mandé a través de una empresa de transporte.

El proceso de embalaje fué el siguiente:

  • Comprobé que el sustrato del macetón estuviera húmedo (que no encharcado), y cubrí toda la base con film plástico para que la tierra no se moviera durante el transporte y mantuviera la humedad.
  • Me acerqué a los chinos de la esquina para que me dieran una caja bien grande en la que pudiera meter el arbolito (que era grande, pero no tanto como el de la foto). Lo cerré todo con cinta de embalar y escribí con rotulador “FRÁGIL” y una flecha para indicar la posición en la que se tenía que mantener el bulto, no fueran a llevarlo boca abajo, claro. Escribiendo “Mantener en esta posición” es más que suficiente.
  • Para calcular el precio del envío, las agencias te piden el peso y el tamaño del bulto. Así que tiré de la báscula del baño y de cinta métrica, anoté los datos y me dispuse a buscar las webs de las empresas más conocidas, que tenían, la verdad, precios prohibitivos. Una buena opción es utilizar un comparador de empresas de transporte como Packlink. Esto os permitirá elegir la que más se ajuste a nuestro presupuesto y a la urgencia de la entrega. Veréis que el importe baja considerable en función de si esperamos que el destinatario lo reciba en 24 horas o en un par de días. En el caso de las plantas os recomiendo que lo hagáis lo más rápido posible pero si se trata de un paquete de chorizos que te envía tu tía del pueblo, no les va a pasar nada por estar un par de días o tres dando tumbos por ahí.
  • Mucho ojo porque a partir del momento en que contratas el servicio, tienes que tener la seguridad de que no vas a  moverte de casa. Lo habitual es que el transportista te avise antes de venir a recoger el paquete, por lo que os recomiendo que indiquéis claramente vuestro teléfono en el campo destinado a tal fin o en “Observaciones”. A malas, llamad a la agencia para que os concreten la hora de recogida.

Y hasta aquí mi experiencia enviando semillas y otros bultos a través de Correos y empresas de transporte. ¿Qué tal ha sido vuestra experiencia? ¿Han llegado bien o se ha extraviado en el transporte? ¿Algún problema o truco para enviar semillas al extranjero?
Me gustará leer vuestros comentarios. ¡Saludos!

Me encantan los huertos urbanos y el cultivo de hortalizas en macetas. En 2005 empecé a contar qué tal me iba en las redes y así fué como me convertí en PicaronaBlog.
Imparto talleres de huerto urbano, colaboro en medios especializados y en 2014 publiqué mi primer libro, Hortelanos de ciudad.

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6 respuestas

  1. Que dicha la de ustedes de poder intercambiar semillas y otras cosas, sólo por correo con una facilidad que a nosotros nos sorprende, acá en Venezuela y la mayoría de los países sudamericanos, por disposición legal, está prohibido el transporte de especies vegetales, tanto por correo público como privado. Disfruten las ventajas que disponen y que obtengan buenas cosechas. Saludos.

      1. Sólo podría recibir semillas de otro agricultor venezolano, si me las entrega personalmente, pero no puede mandarlas por correo, está prohibido.

  2. He mandado unas pocas semillas de tomate por correo postal de Madrid a León y no han llegado nunca… Uno echa de menos los tiempos en los que Correos era un servicio útil y fiable 😭

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